Dios nos va podando de vez en cuando

Juan 15:1-2 dice:
"Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador. 
Toda rama que en mi no da fruto, la corta; 
pero toda rama que da fruto la poda para que de más fruto todavía." 
(NVI)


Hace un mes me mudé a un lugar en el que es claro que Dios me llamó para estar. Su plan, como siempre sucede, no me lo ha revelado y aunque mi vida de fe se rige por ...bueno, fe y no por vista. En ésta ocasión el cambio ha sido realmente drástico para mi vida.
No fue sino hasta hace unos dìas en que tratando de revivir mis plantas, sentí a Dios hablarme a mi corazón.
Verán, tengo tres bellas pastoras. Esas plantas de hojas rojas que son muy populares en la época navideña. Mi esposo tiene varios años en que me regala una planta de éstas cada navidad, por lo que tengo algunas desde hace algún tiempo.
Actualmente tengo tres.
En el lugar en el que yo vivía era fresco, con cielos soleados y despejados los cual permitían una adecuada luz interior de la casa para alimentar a las pastoras. El aire fresco pero seco les permitìa a las plantas secar bien sus raíces para ser regadas apropiadamente cada ciertos días. Ellas han florecido hermosamente creciendo cada año.
Sin embargo, a los pocos días de mudarnos a éste nuevo lugar comencé a notar que las plantas estaban desarrollando unas manchas pequeñas de moho en algunas hojas, a lo que inmediatamente recorté las hojas dañadas.
Al día siguiente noté que mas hojas estaban de la misma manera. Traté de buscar soluciones como acercarlas mas a la ventana o a la puerta, regarlas menos seguido o ponerles menos agua. Hasta el momento nada ha logrado solucionar el problema. Cada día más hojas aparecen dañadas, secas, amarillas o arrugadas.
En vano he tratado de salvarlas hasta ahora.
Ellas definitivamente resienten el cambio del clima. El cual acá es húmedo, los cielos siempre están grises, cargados de nubes oscuras, no hay sol ni calor, llueve seguido, fuerte y cuando no sucede eso: el aire viene cargado de humedad. Afuera el aire es húmedo y mojado, adentro: también. Las pobres pastoras no logran adaptarse sin importar lo que yo haga.
Fue entonces, cuando sentada en el suelo las miraba tristemente, casi me sentía identificada con ellas:
no me gusta el clima, no me siento cómoda en la nueva casa, el nuevo barrio, el nuevo... todo.
Poco a poco siento mi ser marchitarse, llenarse de moho, secarse a medias, necesitar el sol, sentirme plena, pero hasta ahora nada resulta.
Las plantas están tristes y feas de tanto podarlas mientras guardo la esperanza de que no mueran.
Yo, estoy igual.

¿Recuerdan los versìculos del inicio acerca de la poda?

Las plantas se podan para que den más fruto, para que las ramas soporten mejor el peso de los frutos, para que la planta se desarrolle, tenga fuerza y vigor, para que la luz llegue hasta el interior de la planta y para que se remuevan las partes dañadas o enfermas.
Un buen labrador conoce cuándo y cómo debe de podar las plantas. Él tiene el conocimiento perfecto para no dañar la planta sino para lograr su objetivo: que la plante se desarrolle como él lo desea.


Mientras veía las plantas, aquél día, pensaba: ahora mismo yo me siento "podada": sin hojas, un poco maltratada, un poco extrañada, un poco fuera de lugar, incluso, un poco fea.
Estuve dando fruto, buen fruto, pero ahora no me veo igual que antes, estoy diferente.
¿Porqué nos poda Dios?

Juan 15: 2 nos dice que toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto todavía. 
Sin embargo, hay algo que la rama DEBE de hacer cuando está podada y unos versículos más adelante nos lo dice:

"Permanezcan en mí, y yo permaneceré en ustedes.
 Así como ninguna rama puede dar fruto por sí misma, 
sino que tiene que permanecer en la vid, 
así tampoco ustedes pueden dar fruto si no permanecen en mí."
Juan 15: 4

¿Cuàl es la vid a la que debo de permancer para dar el fruto?

"Yo soy la vid y ustedes son las ramas. 
El que permanece en mí, como yo en él, 
dará mucho fruto;
separados de mí no pueden ustedes hacer nada. "
Juan 15:5

Jesús fue el que dijo éstas palabras. ¡Jesús es la Vid!

El propósito de la poda es dar más fruto todavía. El objetivo principal de la rama podada: permanecer en la vid.
Jesús nos hace una promesa para el tiempo de la poda:  Si permanecemos en El y Èl en nosotras daremos mucho fruto.

Hoy miré mis pastoras y siguen igual: tristes, con moho, podadas, feas. Pero yo con la poda, pude recibir Su luz en mi interior, pude ver Su propósito en ésta poda y ahora me concentro en permanecer en El.
Permanecer como en resistir, continuar, persistir, en habitar, en residir,... en El.

Mi poda hoy no se ve tan linda, pero al final del proceso daré lo que Dios desea que yo de: gloria para Nuestro Padre.

"Mi Padre es glorificado cuando ustedes dan mucho fruto 
y muestran que son mis discípulos."
Juan 15: 8

¿Está usted pasando por un tiempo de poda? ¿Cómo se ha sentido?
¡Un abrazote!

Priscilla

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