Confesiones de una ex - quejosa

Ante la víspera del Día de Acción de Gracias y luego de un mes completo de llevar un Devocional de Gratitud, deseo compartirles cómo han cambiado algunos aspectos de mi vida. Esto es como una confesión. Mi pecado: la queja.

Foto por Unsplash


Todo comenzó hace algunos meses cuando se dio una serie de prédicas en la iglesia a la que asisto y una de las prédicas trataba el tema de la queja. Una frase que caló muy profundo en mí durante ése tiempo fue: " El quejoso maldice su futuro."

Esto no significa que algo "mágico" sucede cuando usted se queja y que "mágicamente" se arruina su futuro, sino que cuando usted se queja, ya no puede ver las bendiciones que están disponibles para usted en su futuro, por decirlo de una manera hipotética. 

Durante un tiempo el Señor continuó trayendo convicción a mi corazón con respecto a este tema, surgiendo una y otra vez en conversaciones, lecturas bíblicas e incluso talleres matrimoniales o charlas que veo regularmente en redes sociales.
Vez tras vez podía verme a mi misma quejándome, algunas veces a propósito y otras sin notarlo.
Y es que eso, precisamente, es lo que sucede con la queja: se vuelve parte de uno, casi invisible.

Mi pecado de la queja se remonta desde que tengo memoria. Lo he hecho tantas veces para desahogarme, para mostrar mi enojo o mi desagrado,como in intento de querer cambiar las cosas,... o a las personas.
La queja siempre está acompañada, porque es un problema del cual comienzan a surgir otros males como el desaliento, desánimo, duda, cansancio y enfermedad.

Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo; 
Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen.  
Mi alma también está muy turbada; Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?
Salmos 6:2‭-‬3 RVR1960

Este salmo refleja queja " ¿hasta cuándo?... 
Así también refleja lo que acomaña a la queja: la enfermedad.
Por la queja, así mismo, yo pasé un tiempo enferma sin conocer el motivo. Estaba muy cansada, no tenía fuerzas para levantarme a orar, ni podía comprender lo que leía. Luego de ésta convicció que traj Dios a mi corazón pude ver claramente el motivo: la queja.

Otro de los acompañantes de la queja es el estrés. Cada vez que usted se queja se acelera, se desespera, se estresa, provocándole una falta de visión para poder valorar lo que tiene enfrente.

"No se preocupe por nada: en cambio oren por todo. 
Díganle a Dios lo que necesitan y dénle gracias por lo que ha hecho."
 Filipenses 4:6 NTV

Acá se usa la palabra preocupación pero esta es sinónimo de estresarse, desesperarse y de acelerarse. Cuando estas cosas nos aquejan nos quejamos más, y a más queja, más estrés. Es un ciclo vicioso y silencjiosamene mortal. 

La Palabra de Dios nos sugiere que en lugar de preocuparnos debemos orar diciéndole a Dios lo que necesitamos y darle gracias por escucharnos y ayudarnos. ¡Eso es un excelente consejo! Y de hecho, me funcionó muy bien.

Además, la queja es como una langosta que se come las plantaciones de bendición que Dios ha sembrado en la tierra que le ha dado: su corazón. 

Toda la alabanza sea para Dios, el Padre de Nuestro Señor Jesucristo, 
quien nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales en los lugares celestiales, 
porque estamos unidos a Cristo. 
Efesios 1: 3 NTV


Dios ya le entregó toda clase de bendiciones espirituales, pero se necesita que usted lo crea para poder verlo. Cuando usted pasa quejándose, es como si una nube de negativismo la rodeadara siempre, alejando a todos y cegándola para poder ver todas las bendiciones que ya posee. La queja sólo le permite ver la tierra árida y seca pero no la majestuosidad que yace debajo de ella si la regara tan sólo con un poco de agradecimiento. La queja nos ciega para ver lo que ya Dios nos dió. La queja es decirle a Dios que no estamos a gusto con lo que nos ha dado. Es poner en duda la bondad de Dios, es rebelarse contra El. Es quitarnos a propósito el gozo.
Y la queja es un pecado...

"Hagan todo sin quejarse."
Filipenses 2:14


La biblia no diría que no hiciéramos algo si no fuera pecado. La queja es tan pecaminoso que los israelitas murieron cuando lo hicieron (Números 11:1).

Por último, la queja también afecta a quienes están  a su alrededor.


¿No se dan cuenta de que ése pecado es como un poco de levadura que impregna toda la masa?
1 Corintios 5:6 NTV


La queja afecta a las personas contra quienes nos quejamos y quienes escuchan nuestras quejas, Aún si creen que no les afectan nuestras palabras. La queja los infecta de las mismas cosas con las que nos infecta a nosotras: estrés , ansiedad, negativismo, enfermedad emcional o mental o física.

En lugar de la queja, escojamos creerle a Dios, creer en Sus promesas, creer en Su bondad,en Su misericordia, en que Sus pensamientos acerca de nosotras son de bien, en que El tiene el control. Escojamos dejar de seguir nuestros sentimientos o circunstancias y ¡Demos gracias!

¡Demos gracias a Dios por su don que es tan maravilloso que no puede describirse con palabras!
2 Corintios 9:15 NTV


Yo confieso que , a partir de hoy, fui una quejosa, que pasé mucho tiempo pecando contra Dios al quejarme, me arrepiento de todo éste pecado, y acepto el perdón que Dios Padre me ha ofrecido a través de Jesucristo.
Yo ya soy una ex- quejosa. Y he decidido creerle a Dios y darle gracias.

¿Y usted, se considera quejosa?

¡Un abrazote!
Priscilla



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