El primer y más importante paso hacia la mente de Cristo
Durante las tres semanas del estudio bíblico: La mente de Cristo han sucedido varias cosas por medio de las cuales Dios me ha mostrado áreas en las cuales mejorar para lograr adquirir la mente de Su hijo.
Sin embargo, entre ellas la más importante ha sido aprender acerca del primer paso hacia ésta transformación.
Y es que muchas veces recibo mensajes acerca de cómo leer la Biblia, cómo memorizar versículos, cómo dedicar tiempo para orar o estudiar la Biblia. A veces, me resultaba extraño que alguien me dijera que le era aburrido leer la Biblia o que era imposible memorizar versículos. Durante mucho tiempo medité acerca de ello hasta que en una charla alguien abrió mi mente.
Esta chica que dio la enseñanza, a la cual recién conozco, dijo algo que me hizo comprender el porqué algunas personas nunca parecen ser cristianas, porqué otras sienten que se duermen al leer la Biblia u orar y porqué muchas más nunca estudian la Palabra de Dios o se horrorizan ante la palabra ayuno.
Debo reconocer que por mucho tiempo yo estuve igual: me dormía tratando de orar por 15 minutos o mi mente divagaba entre los deberes que tenía por delante en el día. A veces leía la Biblia y otras veces me olvidaba por completo acerca de ella. Muchos días pasaban sin que estudiara, cuando aprendí que debía de hacerlo, y me avergüenza decirlo pero esto de las disciplinas espirituales como el ayuno eran una pesadilla en la que no quería meterme.
Con el tiempo, luego de muchas etapas difíciles aprendí a ser constante en la lectura, luego en el estudio y por último en la oración y el ayuno.
Pero, ¿cuál fue el detonante que hizo que yo lograra ésto?
Aunque me gustaría pensar que yo soy una persona disciplinada, que sigue al pie de la letra las indicaciones y que puedo lograr las cosas que me proponga, la verdad es que no lo soy. Si alguna vez dijera que gracias a mi esfuerzo, mi constancia y mi madurez espiritual fue que logré llegar adonde estoy, le estaría robando la gloria a Dios y francamente estaría mintiendo. Esto sin tomar en cuenta que les estaría enseñando acerca de un falso evangelio.
Debemos de tener claro que el evangelio no es otro programa de 12 pasos para mejorar nuestro comportamiento, ni otro sistema de empoderamiento ni tampoco un método para desarrollo personal. El evangelio de Cristo es uno de gracia, de amor y de misericordia, en donde Jesús hizo lo que nunca podríamos lograr por nuestros propios medios: El y sólo El fue quien pudo tender el puente para acercarnos a Dios Padre de quien estábamos separados, y es por medio del cual obtenemos salvación.
Es por eso que durante la charla quedé atónita con ésta frase: "No vamos a realizar sacrificios por alguien a quien no conocemos ni amamos." Creo que mis ojos se abrieron mucho porque ella me miró fijamente. Inmediatamente lo escribí porque me dí cuenta de que ahí radicaba el principio, no sólo de las disciplinas espirituales, sino de la mente de Cristo que es por la cual estamos estudiando la biblia en ésa tres semanas.
Si no amamos a Dios, no vamos a "sacrificarnos" leyendo Su Palabra, mucho menos estudiarla. Pero si amamos a Dios, de todo corazón, no sólo vamos a leer la Biblia sino que vamos a deleitarnos en ella, vamos a saborearla como si fuera el mejor postre que existe y nunca estaríamos satisfechas sino que pediríamos más. Si amamos a Dios estaríamos tan inmersas en Su Palabra que inevitablemente ella quedaría grabada en nuestras mentes y corazones. Porque cuando amamos intensamente, las palabras de ése alguien son inolvidables, en verdad quedan grabadas adentro de nosotras. Pero aún más, al quedar grabadas en lo profundo de nuestro corazón, es ahí en donde nuestra mente es transformada.
Amigas, el secreto radica en el amor a Dios.
¿Cuál es su pasión? ¿Qué es en lo que primero piensa al despertar? ¿Qué es lo último en lo que piensa al acostarse? La respuesta a estas preguntas debería de ser Dios y sólo si es así entonces el primer paso para tener la mente de Cristo ya está logrado.
¡Un abrazote!
Priscilla
¡Un abrazote!
Priscilla