Soñemos y hagamos cosas grandiosas
Mientras leía el libro de Crónicas en el Antiguo Testamento iba conociendo a tantos reyes que hacían cosas grandiosas: fortalezas, ciudades, ganaban batallas, derrotaban a los enemigos. Y yo no pude evitar preguntarme... al igual que tantas personas que he conocido: ¿Cuál será el propósito de Dios para mi? ¿Será algo grandioso?
Yo quiero soñar en grande pero también quiero hacer cosas grandiosas, especialmente si son para Dios. Pero, en ocasiones simplemente no tengo idea de qué será lo que Dios desea, otras veces lo que sí sé es demasiado aterrador para hacerlo pero la mayoría de las veces me da miedo soñar, especialmente soñar en grande... por temor a mí misma.
¿Existe algo como el temor a nosotras mismas?
Si. Temor a esa horrible vanidad, ego u orgullo que tenemos todos. Temor a que otros nos vean como personas orgullosas, arrogantes o con deseos de grandeza. Temor a echarlo todo a perder o hacerlo mal.
De hecho, el mismo apóstol Pablo dijo que él podría tener cierta debilidad por presumir y por eso tenía un "aguijón" que Dios le había dejado para recordarle de quién y de dónde provenía su fortaleza.
Pero, ¿qué sucede si lo que Dios desea es que Su grandeza sea expuesta por medio de nuestras debilidades y así glorificarse?
Pero él me dijo: "Te basta con mi gracia, pues mi poder se perfecciona en la debilidad."
2 Corintios 12:9
El poder de Dios se perfecciona en medio de nuestras debilidades. En ésas ocasiones en que no podemos ni respirar pero que tenemos que hablar, en las que no sabemos qué palabras escribir, cuando no sabemos cómo actuar o cómo usar los talentos que ya sabemos que tenemos. Incluso cuando nos parece imposible soñar o hacer cosas grandiosas para El.
Con respecto a ésto, hace unas noches meditaba en lo que dice Juan 14:13 acerca de que nosotras haremos obras mayores a Jesús... Y es que eso suena casi blasfemo. ¿De qué manera podré yo hacer cosas mayores a Jesús?
Con respecto a ésto, hace unas noches meditaba en lo que dice Juan 14:13 acerca de que nosotras haremos obras mayores a Jesús... Y es que eso suena casi blasfemo. ¿De qué manera podré yo hacer cosas mayores a Jesús?
Talvez no sea que lo que YO haga mayor a lo que El hizo sino lo que El hace a través de mi lo que es más grande: alcanzar a millones o alcanzar a mis hijos, escribir para miles o escribirle notas a mi esposo, hablar frente a cientos o hablar la verdad delante de un puñado de compañeros de trabajo.
Todas son grandiosas, pero ninguna nuestra... porque absolutamente todo lo que hacemos debe de ser parte del plan magistral de Dios. Y nuestros sueños también, a menos que usted esté soñando desconectada de Dios, produciendo para su propia gloria y vanidad.
Pero si no es así entonces usted, sí está haciendo cosas más grandes, más importantes, más gloriosas, más grandiosas.
Las personas grandiosas no son las que hacen cosas grandiosas sino que es Dios quien hace cosas grandiosas por medio de personas rendidas ante El.
Toda la biblia nos habla de personajes bíblicos rendidos delante de Dios, haciendo Su voluntad buena, perfecta y agradable y eso dio resultados ¡grandiosos!
No necesitamos ser perfectas, sólo obedientes. No necesitamos ser grandiosas sólo tener al que es grandioso. No necesitamos esperar a "lo grande que viene" sólo hacer grandes los momentos diarios.
No esperemos a tener los talentos de aquélla o la plataforma de la otra, sea usted misma rendida delante de Dios, haciendo lo que Él desea, ahora. Porque cada cosa cuenta.
Sueñe ahí, pero sueñe para El, para Su gloria. Sueñe en grande pero para dar a conocer Su nombre. Porque Su nombre será el único que sea recordado, el único ante el cual las rodillas se doblarán, el único cuyo nombre permanecerá.
El desea que usted sueñe cosas grandiosas y que haga cosas grandiosas también.
¡Hagamos cosas grandiosas, para Dios!
Seamos mujeres viviendo para Dios, un día a la vez.
Priscilla
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