Confiando en Dios a través de las pruebas
El libro de Santiago 1:2-3 dice:
Hermanos míos, considérense dichosos cuando estén pasando por diversas pruebas, bien saben que, cuando su fe es puesta a prueba, produce paciencia.
El 2019 fue un año fuerte espiritualmente, estuvo lleno de desafíos, lleno de pruebas, lleno de ilusiones pero también lleno de desencantos... ¡luego vino el 2020!
Y no creo que deba, necesariamente, contarles lo que eso significa, ¿cierto?
No obstante, Dios me ha enseñado mucho a través de éstas circunstancias que atravesé, principalmente, acerca de esa falsa doctrina de que debemos de mentir acerca de que todo está bien porque "los cristianos nunca deben de decir que las cosas están mal". Si, mentir. Porque si digo lo contrario a lo que, verdaderamente, está sucediendo éso se llama mentir. Y bueno, si se supone que no debemos de decir que las cosas están difíciles, entonces, Jeremías se equivocó cuando escribió Lamentaciones. O seguramente Jesús se equivocó al estar tan triste, ansioso y lleno de angustia al punto de que terminó sudando sangre...
Dios no se equivoca, ni tampoco se equivocó Jeremías y mucho menos Jesús. Las emociones son reales solamente que no son TODA la verdad.
La verdad completa, La Verdad, así con mayúscula, es la que le pertenece a Dios y que Él nos plasmó en Su Palabra.
Por todos lados nos presionan las dificultades, pero no nos aplastan.
Estamos perplejos pero no caemos en la desesperación.
Somos perseguidos pero nunca abandonados por Dios.
Somos derribados , pero no destuidos.
Mediante el sufrimiento, nuestro cuero sigue participando de la muerte de Jesús
para que la vida de Jesus pueda verse en nuestro cuerpo.
1 Corintios 4:8-9 NTV
Entonces habrán veces en que las circunstancias nos harán sentir presionados por las dificultades pero ellas no nos aplastan, a veces estaremos perplejos de tantas pruebas, pero nunca debemos de caer en la desesperación porque para eso tenemos el poder de Dios. O puede ser que estaremos perseguidos, pero jamás estaremos abandonados por Dios. Algunas otras veces, nos sentiremos completamente derribados pero no estaremos destruidos. Si la Palabra de Dios dice que éstas cosas nos pasarán y que nos sentiremos de ésas maneras entonces ¿Porqué ocultarlas? ¿Porqué no ir directamente a Dios con ellas?
La verdad del evangelio es que nosotros, en las dificultades, participamos de la muerte de Jesús para que la vida de Jesús sea evidente en nosotros (2Cor 4:11).
Por lo tanto, huir del dolor no es una opción, quejarse, tampoco. Decir que todo está bien cuando no lo está, sería mentir y no ser honestas con Dios, acerca de la forma en la que nos está formando, fingir que todo está bien seria plenamente incorrecto dando un falso testimonio.
Entonces evaluando éstos años, la palabra que veo como lema del trabajo de Dios en mi, es: Paciencia.
Eso no signfica que Dios chasqueará los dedos y por arte de magia yo seré una persona paciente. En realidad, esto será como asistir a una maratón o ir al gimnasio: requierirá de determinación, de seguridad, de dominio propio y del poder de Dios para aprender a soportar lo que viene para ganar la paciencia que necesitaré desarrollar.
Es por ello que éste versiculo será clave:
Santiago 1:2-3
Hermanos míos, considérnese dichosos cuando estén pasando por diversas pruebas,
bien saben que, cuando su fe es puesta a prueba, produce paciencia.
Amigas lectoras, sigamos firmes corriendo con paciencia la carrera que tenemos por delante, sigamos siendo valientes para no quedarnos atrás, pero más que todo recuerden que el poder para hacer todo ésto no es de ustedes sino de Dios, y está al alacance de toda aquella que desee tener una relación íntima con Aquél que todo lo puede, con Aquél quien puede hacer las cosas mucho mejor que nosotras, con Aquél que nos creó para buenas obras, con Aquél que nos ha rescatado: con Jesús.
¿Qué le ha enseñado Dios en las pruebas difíciles? ¿Cómo ha aprendido a confiar en El en medio de las pruebas?
¡Un abrazote!
Priscilla