¿Qué dijo Jesús sobre nuestras palabras?
Una verdad que una amiga me hizo ver un día fue ésta: Si somos un vaso y nos agitan, lo que salga del vaso es lo que hay en el vaso. Así mismo lo que hay en el corazón es lo que sale por la boca cuando es agitado. Y mientras leía un capítulo de la biblia noté algo que me recordó eso...
En Mateo 12:36 dice:
"Pero yo les digo que en día del juicio todos tendrán que dar cuenta de toda palabra ociosa que hayan pronunciado."
Jesús está hablando con los fariseos, porque ellos le dijeron que los milagros que él hacia eran porque o él era Satanás o tenía el poder de éste para hacerlos.
Ellos, con sus palabras, habian demostrado que ciertamente eran una generación de víboras... víboras como en la serpiente en la bibla. ¿Me sigue? La serpiente es Satanás y si ellos eran una generación de víboras, él les quería decir que ellos eran los que estaban del lado de Satanás.
Los fariseos estaban demostrando que eran más parecidos a Satanás que a ser hijos de Dios, contrario a lo que ellos creían y todo debido a sus palabras.
Esto significa que la muestra de la verdadera condición de nuestro corazón son nuestras palabras, y según lo que dijo Jesús, éstas, se tomarán como evidencia acerca de ésa condición en el Día del Juicio. Esta es una verdad difícil de tragar.
Esto es lo que dijo Jesús sobre nuestras palabras:
1. Las palabras muestran la verdadera condición espiritual (Mateo 12:34).
2. Las palabras cómo es nuestro corazón (Mateo 12:34)
3. De nuestras palabras ociosas daremos cuentas (Mateo 12:36)
4. Nuestras palabras pueden condenarnos (Mateo 12:37).
Entonces, veamos cómo están nuestras palabras.
Cada una de las siguientes preguntas está basada en un versículo bíblico:
¿Son mis palabras más asociadas con la queja que con la gratitud? (Salmos 71:8/ Salmos 105:1)
¿Hablo todo lo que quiero o sé refrenar mi lengua? (Proverbios 13:3)
¿Devuelvo insulto por insulto o puedo bendecir a los que me insultan, me rechazan o hablan mal de mi? (1 Pedro 3:9)
¿Me gusta tanto escuchar mi voz o mis opiniones que yo hablo sin cesar? (Proverbios 10:19)
¿Soy rápida para escuchar y lenta para hablar o al revés? (Santiago 1:19)
¿Mis palabras se parecen más a un panal de miel o a leña que atiza el fuego? (Proverbios 16:24/ Proverbios 15:1)
¿Se puede confiar en mi para contarme algo o repetiré todo aquello que se me cuenta? (Proverbios 11:13)
¿De mi boca sale tanto una bendición como una maldición? (Santiago 3:10)
¿Se puede confiar en lo que digo o se duda de mis palabras porque la mentira me es muy fácil? (Santiago 5:12)
La siguiente pregunta no está basada en un versículo bíblico pero deseo que meditemos en ella tambien:
¿Si mis palabras fueran el timón de un barco lo llevarían a puerto seguro o lo llevaría hacia unas piedras que lo hunden?
Volviendo a lo que había comentado mi amiga pienso que de aquello con lo que llenamos nuestro corazón es lo que saldrá por la boca. Pero botar poquitos de lo que hay adentro no solucionará el problema. Por lo tanto, concentrarme en "arreglar" cómo hablo no hará gran diferencia, del mismo modo en que tomar un analgésico no puede curarme de un cáncer. La solución es que debemos de ir a la raíz del problema: nuestro corazón.
Eso, precisamente, fue lo que dijo Jesús, que nuestras palabras demostraban exactamente qué estaba adentro de nuestro corazón y en qué se enfocaba.
Por lo tanto, oremos a Dios para que nos muestre qué hay en nuestro corazón, ése que debemos de entregarle a El para que lo sane. Oremos para que tengamos la disciplina de llenar nuestro corazón con Su Palabra para que ésta sea lo que salga al ser agitadas por las pruebas. Y dediquemos tiempo intencional en leer y estudiar Su Palabra diariamente.
Hoy, oro para que lo que haya en nuestro corazón sea Cristo. Porque ya sabemos que de la abundancia del corazón habla la boca.
Sal 19:14 : "Sean, pues, aceptables ante ti mis palabras y mis pensamientos,
oh Señor, roca mía y redentor mío. "
¡Un abrazote!
Priscilla