Navidad con olor a Cristo


Ya se acerca Navidad. Podemos sentir el viento fresco soplando, la música con cascabeles, las lucecitas brillar,... ¡ Y las ofertas comerciales rugir!





Durante los últimos años, he tenido una lucha constante cuando llega la época navideña: pelear contra el materialismo.
La Navidad es preciosa, pero MUY enfocada en el comercio.
Pareciera que no se puede tener fiestas sin tanto bombardeo de ofertas, con toda clase de cosas, desde juguetes, pasando por árboles y terminando en perfumes onerosos.
Yo lucho con ésto porque trato de ir "contra la corriente" comprando con tiempo, comprando poco o sólo lo necesario evitando el derroche de dinero. Tengo extremo cuidado al hacer mis compras para no caer en trampas crediticias o comerciales. 
Algunas personas nos miran extraño porque no andamos corriendo de tienda en tienda o porque no tenemos una gran cantidad de regalos debajo del árbol esperando para abrirse.
De hecho, pocas veces los tenemos ahí.

Esto es que como familia hemos considerado desde hace ya bastantes años que deseamos pasar ésta época enfocados en el real motivo de la celebración: el nacimiento de Jesús.
Yo comprendo que algunos cristianos admiten que no celebran éstas fiestas porque no es la verdadera fecha de nacimiento de Jesús. Pero yo creo que a Jesús no le importaría que le celebremos su venida a éste mundo, del mismo modo en que conmemoramos su partida de cuando El  murió en la cruz, porque sin nacimiento no pudo haber muerte.
Dicho esto, quiero pasar un poquito de sabiduría de parte de la Biblia con respecto a lo que podemos hacer para enfocarnos en tener una Navidad con olor a Cristo.

En 1 de Timoteo capítulo 6 vienen unas sugerencias que el apóstol Pablo le hace a su hijo espiritual, las cuales me parecen sumamente apropiadas para la época navideña:

1. Enfocarse en el fruto del Espíritu.

Mas tu, hombre de Dios , huye de éstas cosas, y sigue la justicia, la piedad,
 la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. vs 11 


Huyamos de tanta locura comercial. Si necesita abstenerse de abrir sus redes sociales por un tiempo, hágalo. Si necesita alejarse de las tiendas, hágalo. Concéntrese intencionalmente en la justicia, la piedad, el amor, la paciencia, la mansedumbre... 
Talvez existan algunas actividades de caridad en las que pueda participar, o dentro de su iglesia necesiten personas que ayuden con las actividades de fin de año. ¡Siempre se necesitan manos! 
Talvez pueda abrir su casa, hacer una cena y darse a sí misma para consolar a otras personas que pasarán las festividades solas. 
Existen muchas opciones para enfocarse en el desarrollo del fruto del Espíritu.


2. Pelear la buena batalla de la fe. 

Pelea la buena batalla de la fe. vs 12

Ofrecer consejo, animar a alguien que ésta época está sola o depresiva, orar intencionalmente por personas específicas, meditar la Palabra de Dios y estar preparada para ofrecerla a quienes la necesiten, son sólo algunas acciones de su parte en la batalla espiritual de la fe. Pelear una batalla es algo activo y no pasivo. No se quede quieta, pelee.

3. Poner nuestras metas en la vida eterna.

Echa mano de la vida eterna. 
vs 12

Cuando usted mira las circunstancias desde la perspectiva eterna, algunas de ellas simplemente dejan de tener importancia. Así mismo, debemos de poner nuestra mirada, nuestras metas, en la vida eterna. Sólo mirando desde ésa perspectiva es que podemos seguir caminando firmes sin entretener las dudas, sin alimentar nuestros miedos o darle cabida a nuestros sentimientos engañosos. Pongamos la mirada fija en Cristo.

4. Predicar la palabra de Dios.

Te mando (...) que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión. 
vs 14

Algunas veces debemos de predicarle a otros y esto no porque seamos predicadoras, pastoras, ministras o salmistas o alguien que se pare en un altar, si no porque dada la Gran Comisión debemos de predicar en todo tiempo la Palabra de Dios. En todo momento, ser luz y sal para éste mundo oscuro. En cada ocasión, buscar la oportunidad para hablar de Cristo y la esperanza que tenemos en El. Y muchas de todas ésas veces, predicaremos sin emitir palabras con nuestras bocas, porque serán nuestras acciones las que delaten que somos distintas. Serán nuestras acciones, nuestra ropa, nuestro vocabulario, la forma en que miramos, o la sonrisa que ofrecemos lo que predicará la Palabra de Dios que se encuentra en nosotras. 



Estos son mis consejos sobre cómo pasar la Navidad enfocadas en lo verdaderamente importante: Jesús. Seamos ésa luz que El nos ha pedido ser.  Ésta época es preciosa pero algunas personas están ahí afuera necesitando amor y nosotras conocemos el amor más grande de todos los tiempos.Que nuestra Navidad desate tal olor a Cristo que nadie pueda resistirse.
¡Compartámoslo!

¡Un abrazote!
Priscilla



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